Buscando mi zona de confort

 

Incomodidad

 

De repente un día desperté a la mañana y no me sentí con todas las energías de costumbre, algo no estaba funcionando bien…

 

Lo que voy a contar me sucedió hace unos años y  puede que te identifiques o conozcas alguien de tu entorno a quién le haya pasado.

 

Ese día pensé que se trataba del entrenamiento que estaba llevando a cabo en el gimnasio, así que hice un café, salí rumbo al trabajo y ahí estaban…

 

Esas charlas diarias con la mente que te recuerdan todos los problemas que vas a tener que afrontar, esas conversaciones internas que tenemos que tienen la capacidad de cambiarnos el humor (si le damos el espacio).

 

Las tareas que al principio eran desafío se transformaron en problemas, en rutinas tóxicas, en proyectos sin sentido, recordaba la adrenalina de los primero días con nostalgia, de esos logros diarios, y aquí estaba con problemas, pero no problemas reales.

 

Sabía cómo resolverlos a todos, a quien debía llamar a quién debía escribir y pedir ayuda para que al final del día todo estuviera resuelto

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Pero faltaba algo, ese algo que te hace sentir orgulloso, que hace que al otro día tengas ganas de levantarte… con energías e ilusión.

 

Esa falta de energía luego se transformó en estrés, y más tarde empezó a afectar el humor, ese es un tema muy sensible para mí ya que nunca permití que lo laboral altere mi humor pero muchas veces no nos damos cuenta.

 

No solo eso, estaba entrando en la rueda de pensar en los viernes y los feriados y a odiar los lunes como si los días fueran culpables de algo, ese día entendí que estaba en un nuevo lugar en una nueva zona, la zona de NO confort.

 

Siempre escuche hablar de la zona de confort, como un lugar que había que salir y me hacía mucho “ruido”, porque yo llamo a la zona de confort a ese lugar donde me apasionaba ir, donde no había relojes mientras hago lo que amo, más tarde cuando empecé a sentirme incomodo ya no era la zona de confort era una zona diferente.

 

Bienvenido a la zona de Disconfort

 

La palabra no existe en el diccionario de la Real Academia Española, aunque lo que importa es entender el concepto. La zona de Disconfort, es ese lugar que, molesta, estresa, aburre y que no se alinea a nuestros valores.

 

Nos damos cuenta además que está quitando tiempo a nuestra familia, que quita nuestra empatía con el entorno, volviendo a la historia  ese lugar donde decidí estar hacía tiempo porque me gustaba y disfrutaba se transformó en otra caso y en mi vocabulario está prohibida la frase “es lo que hay…”

 

Entonces pensé, no puedo decirle a mi cerebro que la zona de confort está mal, quiero confort.

 

¿Por qué quiero la zona de confort? Porque es la zona de mayor creatividad para mí, cuando pienso en mi zona de confort para trabajar aparece un buen mate un sol de primavera y un escritorio en el patio.

 

 

Eso es para mí es mi zona de confort y me gusta, ahora si pienso en mi zona de disconfort aparece una oficina donde me asignan una tarea que puedo resolver en 15 minutos y debo cumplir horarios de 8hs o más y no solo eso, no tiene nada que ver con mi visión personal. Eso es una zona de disconfort.

 

No podemos sentirnos culpables por sentirnos confortables en nuestra zona, no podemos permitirnos perder tiempo sin planificar nuestras metas para salir de la incomodidad.

 

Al final del día no importa como lo llames, llámalo como quieras pero haz un plan para huir de ahí, busca un trabajo nuevo, inicia un emprendimiento mientras trabajas, inventa tu trabajo ideal, lo que importa es que pases a la acción.

 

Cada día me miro en el espejo y me pregunto: «Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?». Si la respuesta es «No» durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo.»

Steve Jobs

Ahora si toma sentido la frase de Steve Jobs

No dijo sal de tu zona de confort, dijo haz algo con lo que te disgusta, si te interesa saber de dónde proviene la frase zona de confort revisa este articulo

No esperes más ponte en acción!