Tener solo sabiduría y talento es el nivel más bajo de utilidad, la habilidad sin un sentido de deber, propósito o servicio hace muy poco
— Sebastian Marshall
Hace tiempo, navegando sin rumbo por internet encontré un libro llamado IKIGAI, de Sebastian Marshall, si bien conozco el termino que resume nuestro propósito, no conocía a Sebastian.
El libro plantea diferentes puntos de vistas en temas varios como la felicidad, el dinero, los emprendimientos, incluso la alimentación, abarca muchos temas, pero se lee muy fácilmente. Extraigo algunos pasajes:
La pregunta del millón de dólares
«La pregunta del millón de dólares… ¿Por qué la gente no aprovecha las grandes oportunidades que tienen a su alcance? ¿Por qué no permiten que sus sueños se hagan realidad? Porque significa que el resto del mundo no te entenderá. Y necesitamos que los demás nos entiendan, es algo fundamental, es muy importante para nosotros»
— Sebastian Marshall
Sebastian explica que, las vidas de la gente no son tan diferentes unas de otras. Sí, hay a quién que le gusta hacer deportes y otros les gusta la medicina y quién prefiere la carpintería, pero es una diferencia mínima. Al final del día, todo el mundo vive en una casa o en un departamento, trabaja durante el día y pasa el resto del tiempo con su familia o dedicado a sus hobbies. Pero ¿qué pasa si te sales del camino establecido? ¿Si decides, por ejemplo, vivir en una casilla rodante para no pagar alquiler o no ir a la universidad y aprender por ti mismo? Que la gente deja de entenderte. Renuncias a una vida normal.
El miedo de la mirada del otros hace que tengamos miedo de ir por nuestros sueños, porque suelen ser muy distintos a una vida normal. De esto puedo contarles mi experiencia; cuando la gente me pregunta “a qué me dedico” y les cuento que acompaño a emprendedores repreguntan con ¿Pero no sos Ingeniero? a lo que respondo “Estudie ingeniería” lo mismo sucede cuando mi esposa que estudio de notaria y siguió su sueño de dedicarse a la enseñanza de la actividad física. El precio de seguir tu propio camino es volverte un renegado social, y no todo el mundo está dispuesto a pagarlo.
El peor de los mejores
«Voy a dejar de compararme con la gente de mi edad. Voy a empezar a compararme con las grandes figuras de la humanidad»
— Sebastian Marshall
¿Qué pasaría si en vez de compararte con la gente de tu edad te comparases con las grandes figuras de la humanidad? ¿Dónde estarías si te comparases con Confucio, con Artistóteles, con Gandhi, con Benjamin Franklin?.
Es fácil compararse con las personas a mi alrededor, en vez de eso, vamos a compararnos con quienes cambiaron el mundo, que construyeron cosas que todavía perduran a día de hoy. Es un buen toque de atención para que no nos acomodemos y demos lo mejor de nosotros mismos en cada momento.
Respecto a la felicidad como único fin (sin propósito)
“Cuando el objetivo de alguien es obtener más serotonina, y dopamina en su cerebro, pienso ¿eso es todo?”
— Sebastian Marshall
Sabemos que la dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas son cuatro sustancias químicas que producimos en nuestro organismo, responsables de nuestros estados de alegría, confianza, equilibrio y felicidad
¿tiene algún sentido que el fin último de tu vida sea generar la mayor cantidad de estos químicos en tu cabeza?
Sebastian diferencia entre dos tipos de felicidad:
Baja felicidad: estar contento, los placeres sensoriales… es decir, todas esas cosas que generan los químicos que nos hacen sentir bien
Alta felicidad: los sentimientos de triunfo, empatía, epifanía, sabiduría…
Para él, sólo merece la pena perseguir la alta felicidad porque está alineada con el objetivo principal de su vida.
“Las personas que buscan una vida agradable y no buscan nada en particular, a menudo no comprenden la obsesión decidida de las personas en su búsqueda”
Intensión y resultado
¿Cuál es la diferencia entre una persona que es realmente muy útil y una persona que simplemente hace cosas útiles para la gente todo el tiempo porque quiere aparentar ser muy útil?
— Sebastian Marshall
¿Cuál es tu motivo?
«Haz las cosas por algún motivo»
— Sebastian Marshall
¿Alguna vez has hecho algo sin saber por qué? Yo sí. Cuando estuve trabajando un año en un proyecto al cual le dedicaba todo mi tiempo, si en ese momento me hubieses preguntado por qué lo hacía, hubiese respondido con alguna frase hecha como “esto es importante” le va a servir a la gente, o cuando pasaba 14hs en la oficina realizando algún informe porque “había que hacerlo”. La realidad es que no sabía el motivo por el que estaba haciendo eso, a pesar de ser la inversión de tiempo y energía fenomenal, ni si quiera me había parado un minuto a reflexionar si esos motivos que yo daba por ciertos eran realmente ciertos.
Nos encontramos como menciona Sebastian que la mayoría de la gente hace cosas sin saber por qué. ¿No lo crees? Te presto estas preguntas: ¿Por qué has ido a la universidad? ¿Por qué te has comprado (o quieres) comprarte una casa? ¿Por qué vas a trabajar todas las mañanas? Todas estas son cosas importantes de tu vida, y posiblemente las hayas hecho sin tener un motivo claro. “Porque el tener una educación universitaria me ayudara a conseguir un mejor trabajo», pero ¿es eso cierto? ¿Has llegaste tú a esa conclusión o la has escuchado por ahí? Sé sincero contigo mismo.
Cuando vayas a hacer algo, pregúntate siempre el motivo ¿para qué lo vas a hacer?.
Si no sabes qué hacer con tu vida…
«Es totalmente normal y no es algo malo el no saber qué quieres hacer con tu vida. Deja de preocuparte y empieza a construir con la esperanza de que lo acabarás averiguando. Lo acabarás averiguando. Y una vez que lo averigües, estarás contento de haber desarrollado habilidades y recursos, de haberte hecho amigo de personas excepcionales y de haber hecho cosas buenas.»
— Sebastian Marshall
La pregunta que “todos tienen claro” pero que es tan difícil, tendemos a pensar que los únicos que se nos hace difícil la preguntas somos nosotros, que todo el mundo allí afuera lo sabe y nos da vergüenza decirlo, recordemos el punto donde vimos “el motivo…” es fácil saber qué hacer cuando alguien te lo sugiere, cuando vamos en piloto automático, ¿y cuando nosotros nos hacemos la pregunta?
Queremos una respuesta ahora mismo. Sin embargo, la realidad es muy diferente. En mi experiencia, me llevo varios años de introspección encontrar la respuesta y puede que mañana cambie ya que estamos en constante transformación, muy poca gente sabe lo que quiere y la mayoría se siente perdida mientras vive con el piloto automático encendido.
Es normal pasar por una época en la que no tienes ni idea de qué es lo que quieres hacer con tu vida, no te presiones. Tarde o temprano aparecerá como algo obvio, mientras tanto, Sebastian nos da algunas ideas, para prepararnos para ese momento:
• Desarrolla tu propio sistema ético
• Haz buenos amigos, consejeros y mentores que sean personas fuertes y decentes
• Aprende habilidades universalmente útiles (negociación, escritura, hablar en público, aritmética…)
• Consigue algunas referencias positivas
• Ahorra algo de dinero
• Estudia historia para saber qué es posible
• Establece buenos hábitos
• Ponte sano y en forma
• Aprende cómo pensar
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Debo reconocer que marque mucho este libro, tienes muchos otros temas que trata con una mirada fresca y desafiante, esos libros que te generan la frase “no lo había pensado así”,
Estas son sólo algunas de las ideas que encontrarás en las páginas de Ikigai. Si te han gustado y te han hecho reflexionar, te recomiendo encarecidamente que te leas el libro completo.
Si buscas Ikigai en español no lo encontrarás, sólo está disponible en inglés y en versión Kindle a través de Amazon. Puedes leer más sobre su autor, Sebastian Marshall, en su página personal.